« El que se va a Madrid llora dos veces, una cuando llega y otra, cuando se marcha. »

Yo no lloré al llegar. Tenía tantas ganas de irme lejos de mi país que tenía una sonrisa inmensa al aterrizar en Madrid. ¿Por qué llorar sabiendo que la gente que amamos nos está esperando en nuestro país durante solo algunos meses mientras que cuando nos marchamos de un país extranjero nunca sabemos cuando volveremos? Lo peor es volver el año siguiente y darse cuenta de que todos los erasmus que conocimos allí han vuelto a su país. La experiencia erasmus es única y hay que vivirla para comprenderla. Suelo viajar mucho y me encantada conocer a nueva gente pero no es igual que vivir en otro país durante medio año con gente de todas partes del mundo que comparte las mismas sensaciones y emociones y llega con el mismo objetivo que tú. Por eso es super fácil ir a hablar con todo el mundo y establecer una relación. Lo más increíble es que venimos todos de países diferentes, nuestras culturas son diferentes, nuestra lengua materna no es la misma PERO somos capaces de comunicar y compartir entre nosotros, ya sea en inglés o en español. Además, existe una organización internacional sin ánimo de lucro que organiza actividades y viajes especialmente para los erasmus. Se llama ESN (Erasmus Student Network). Está compuesta por voluntarios, muchos de ellos ya se han ido de erasmus antes y quieren guardar una relación con la experiencia erasmus. La idea es genial porque a través de esta organización, conocemos a más erasmus hasta convertirnos en una familia al final del año. Me emociona mucho hablar de este tema porque mi erasmus está llegando a su fin y si pudiera, nunca me iría. Ya siento cómo la nostalgia va creciendo en mí cuando pienso en todo lo que he vivido aquí: mis primeras clases de salsa, mis primeros viajes con gente de otros países, las noches interminables en las discotecas, las primeras veces que hablé de tú a un profesor y que le llamé por su nombre, la buena relación entre los profesores y los estudiantes, mi primera experiencia en un piso compartido, todas la visitas de Madrid y sus puestas de sol maravillosas y sobretodo todas las personas extraordinarias que he conocido durante estos seis meses. Me encantó cada día pasado aquí, no hubiera podido disfrutar más. Si tenéis la ocasión de iros, no dudéis, será la mejor experiencia de vuestra vida. ¡Dejáos llevar!